En 2009 apareció una nueva enfermedad. Nació en México y su llegada al mundo desconcertó a medio planeta. Puso en jaque a la máxima autoridad mundial en lo que a salud se refiere y los políticos recomendaban no dar la mano ni besar. La prensa auguraba cifras crecientes de afectados, de muertos. Una epidemia en toda regla.
¿Qué debía hacer el ciudadano frente a la que se dio a conocer como gripe porcina? "El nombre importa". Así se titula el apartado que dedica el Informe SAM 2009, Seguridad Alimentaria en los Medios de Comunicación, publicado conjuntamente por el Observatori de la Comunicació Científica y la Agència Catalana de Seguretat Alimentària.
De "gripe porcina" a "gripe A", pasando por "gripe nueva" y "virus N1H1". El estudio analiza cómo desapareció el término "gripe porcina" de los medios de comunicación a través de un seguimiento del tartamiento en medios escritos y audiovisuales en Catalunya; un cambio propuesto desde de las instituciones para evitar posibles confusiones en el consumidor.
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